Comentario
En esta primera fase del último gótico, en Navarra y País Vasco están en obra diversas canterías ocupadas preferentemente en portadas.
El claustro de la catedral de Pamplona sigue siendo el lugar donde se acumulan desde comienzos del siglo XIV trabajos continuados escultóricos. En la segunda mitad se termina la puerta de paso a la iglesia. El gran tímpano de la Muerte de la Virgen es un último eco de la escuela tolosana de Rieux. En Estella, se trabaja en la portada de la iglesia del Santo Sepulcro. Ya en el País Vasco, por entonces, deben culminar los trabajos en la puerta de los pies de la catedral de Vitoria.
Pero la obra culminante es la portada sur de la iglesia de Santa María de Laguardia. Realizada seguramente en el último tercio de siglo, es el resultado del trabajo de dos escultores, uno de los cuales quizás haya trabajado en Vitoria, cuya forma de hacer se detecta en otros lugares navarros y vascos. El gran tímpano desarrolla un ciclo de infancia de Cristo y de glorificación de María. El friso del dintel, donde actúa el otro escultor, posee un cierto clasicismo, mientras que las otras esculturas son de alguien más enraizado en lo francés, con alardes linealmente de elegantes figuras.
Janin Lomme de Tournai representa el cambio del Trescientos al siglo siguiente, no por motivos cronológicos, sino estéticos. Es el rey Carlos el Noble, francés, quien le llama para que se haga cargo de su sepulcro, al que se dedica al menos desde 1416. La fina talla y la búsqueda de la individualidad marcan las semejanzas con la tendencia sluteriana, pero también las amplias diferencias. Anónimo, pero más ambicioso iconográficamente, es el sepulcro del canciller Villaespesa (colegiata de Tudela).